Con la “nueva normalidad” surgida después de la pandemia del covid-19, nos encontramos en un momento en que diversas industrias siguen con paradas e interrupciones debido a la actual situación de escasez de chips y otros materiales tecnológicos. Esta escasez de semiconductores a nivel mundial ya está provocando retrasos en la producción en sectores tecnológicos. Además de la falta de productos, se prevé una subida de los costes y precios de venta para el consumidor final.
¿A qué se debe la escasez de chips?
Hay varios factores. Primeramente, una de las razones por las que estamos experimentando este desabastecimiento es por la poca inversión de las plantas de producción en nuevas tecnologías para la creación de chips más avanzados. El motivo es que muchas fábricas están trabajando para sacar adelante la demanda de chips que están teniendo después de la crisis sanitaria del covid-19, más aún ahora que está desarrollándose el 5G. Los distintos confinamientos a nivel mundial han provocado un impacto en muchas empresas, que han visto paralizadas sus cadenas de producción por falta de materiales.
Asimismo, el coronavirus ha provocado cambios en la demanda de estos componentes. Pasar más tiempo en casa, el teletrabajo y digitalización han disparado la demanda de productos tecnológicos. Los fabricantes de chips se dedicaron a ello, dejando de lado sectores como el automóvil, ya que disminuyó por completo su demanda. Y a medida que se fueron levantando las restricciones por la pandemia, se reactivaron muchos sectores, sin descender la demanda de otros y por eso se ha llegado a un punto en que hay escasez de stock.
El siguiente factor más importante es político. Hace ya algún tiempo que existe una guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China. Dicho conflicto se inició en 2018 con la imposición de aranceles y otras sanciones por parte de Estados Unidos a varios productos procedentes de China y su correspondiente respuesta. Así, muchos fabricantes de chips han tenido que buscar otras vías para fabricarlos. Además, hay empresas como Huawei, que redirigieron su estrategia y empezaron a comprar grandes cantidades de chips a los fabricantes para no quedarse atrás. Esto ha repercutido a que otros fabricantes se encuentren con dificultades por culpa de la escasez de chips.
Ejemplos de sectores afectados
Un ejemplo es el sector de la automoción, donde la acumulación de pedidos es tan grande que algunos fabricantes de chips necesitarán meses para cumplir con los pedidos que realicen ahora los fabricantes de coches. Se espera que esta situación se extienda hasta 2022. Aunque, como advierte Cristian Castillo, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la UOC, la automoción representa solo el 10% de esta crisis. “Es solo la punta del iceberg, pues la falta de semiconductores está afectando a la fabricación de móviles, ordenadores, lavadoras, neveras, televisores… Todos los productos digitales llevan chips, así que la afectación es mayúscula”.
Otro ejemplo que podemos destacar es el caso de los fabricantes de vehículos de movilidad personal como las bicicletas eléctricas. La popularidad de estos vehículos ha ido creciendo durante los últimos meses y ahora la demanda se ve perjudicada por los retrasos causados por la escasez de baterías y otros componentes que incluyen las bicis.
Los chips, en resumen, son el cerebro de cualquier producto tecnológico mínimamente “inteligente”. Desde una televisión hasta un coche. Los fabricantes de estos componentes son de los primeros en la cadena de montaje y depende en gran parte de ellos que el resto de la producción salga adelante o no.
Contratiempos en el transporte
A todo esto, hace falta añadir los inconvenientes que estamos sufriendo en el mercado del transporte marítimo de mercancías. La logística es testigo de una grave congestión portuaria a nivel mundial, con las autoridades portuarias estadounidenses aplicando nuevas normas y multas por la acumulación de contenedores en los muelles. Además, las navieras con buques que se dirigen a las entradas principales de Europa del norte, Amberes, Rotterdam y Hamburgo, los están desviando a puertos alternativos más pequeños.
Por el momento, se espera que la situación siga así varios meses, ya que la demanda sigue aumentando y las limitaciones de espacio y equipamiento continúan, lo que hace que los precios alcancen niveles muy altos.
En este mapa, podemos observar el volumen de mercado global de contenedores de transporte marítimo y el aumento que se prevé entre 2021 y 2025.
Como vemos, esta escasez de semiconductores sumado con la demora en el transporte provoca efectos múltiples. Muchas empresas están viendo cómo sus cadenas productivas están paralizadas o no pueden fabricar la cantidad de productos que les piden sus clientes a tiempo. Así que el consumidor ya está empezando a notar algunos productos agotados o precios más altos.